Lo que nos trae el Equinoccio de primavera
22 de septiembre del 2018
(Otoño para el hemisferio norte)


La primavera (1481-1482). Temple sobre tabla, 203 x 314 cm, Uffizi, Florencia: icono de la renovación primaveral del Renacimiento florentino de Sandro Botticelli

Llegada la hora

Hace muchos años que los equinoccios no nos vienen trayendo buenas noticias, o tal vez podríamos decir que no han sido los mejores aspectados. Este Equinoccio es un puente entre realidades, un anclaje para no salir disparados a la estratósfera y allí engullidos por la luna roja. No nos lamentemos por lo que creemos que faltó o nos falta sino dispongámonos a preparar el festejo, pero en guardia para que no se malogre.



El Cielo

Alrededor de las 22:54 hs del 22 de septiembre alcanzaremos el equinoccio de primavera (otoño en el hemisferio norte, 19:54 hs UTC), las horas luz han encontrado el equilibrio con las horas de oscuridad pero es sólo un punto de partida de una carrera en pos de que la Luz detenga el avance de la oscuridad reinante.
Asciende la primavera bajo el térreo Tauro, el venusino rumiante prepara la celebración como sólo él sabe hacerlo. Venus se expande en sus dominios llenando el espacio de femineidad. Nace en la tierra en plena primavera.



El nacimiento de Venus (1484). Temple sobre lienzo, 172,5 x 278,5 cm, 
Uffizi, Florencia de Sandro Boticcelli



Este equinoccio será presidido por un sello mágico astral: Gran Cruz Cósmica Fija. La misma estará conformada por Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. 






Tanto el ascendente como la regencia de la Gran Cruz Cósmica estarán en las tierras de Tauro. Y nunca mejor dicho, ya que su casa será netamente térrea. Algunos colegas tenderán a pensar, como dicen los manuales actuales, que esta contingencia cósmica trae flexibilidad en las actividades y ganas de compartir. Nada más alejado de la realidad.
Aunque todos sabemos que los signos fijos se centran en las cuestiones de la autoestima y el ego, parece pasar desapercibido en la actualidad. 





Este sello tiene por objetivo sostener y mantener la actividad vivificante de este equinoccio.

Cuando una Gran Cruz Cósmica Fija es activada, la tendencia es que los cuatro puntos mantengan su curso y se resistan a las presiones externas del cambio. La resistencia parece ser la energía principal de la Gran Cruz Fija en un esfuerzo por continuar, en lugar de fluir con una energía que podría cambiar el curso. 

A su vez esos puntos anidan en 4 casas: la 3 “La Comunicación”, la 6 “Salud y Trabajo”, la 9 “Viajes y estudios superiores” y la 12 “la casa del sacrificio” (del inconsciente para algunos). Estas casas serán las más influenciadas.

Esta energía fija genera dos cuestiones: una en el plano de lo personal y otra en lo global. 
En el plano personal potencia la persistencia y la tenacidad o bien el auto-sabotaje (si existiesen antiguas heridas en el amor propio, que han permanecido ocultas). Genera fortaleza entendida como una gran capacidad de resistencia y perseverancia. En sus formas peor aspectadas y en personas de  poco o bajo trabajo interior puede obstaculizar el proceso de reconocer los propios errores y rectificarlos, antes de que sea demasiado tarde.
En lo global, social, cósmico genera un anclaje, un sostén para que la tormenta que está por desatarse no haga zozobrar a la vida misma.
Si bien no puedo ahondar en el misterio de esta Cruz puedo decirles que puede manifestarse en tres formas: la fija, la cardinal y la mutable. En los primeros años del cristianismo se la asociaba a la Santa Cruz, la del sacrificio. Algunos padres de la Iglesia la asociaban al Cristo mismo. Las formas más antiguas la asemejaban a las cadenas de Ariadna (ver mito greco-romano). 
Este terreno es muy complejo ya que el filo de lo esotérico corta mis palabras para no decir aquello que sólo un Maestro revelaría al Discípulo. Esta Cruz también es conocida como la cruz del adepto por su altísimo componente probatorio. 

Por otro lado desde el 7 de septiembre tenemos activo el Gran Trígono de tierra, esto no es otra cosa que planetas anclando en los 3 signos de tierra (Tauro, Virgo y Capricornio)




Estos trígonos generan una fuerte tendencia al equilibrio entre lo estético y lo funcional. Ponen lo práctico y lo dinámico al servicio de la belleza. Traen orden, ya que el caos enloquece (en particular a virginianos, taurinos y capricornianos).
Se busca la armonía y la estabilidad de los espacios interiores y exteriores.
Para terminar los astros nos muestran el “Medio Cielo” de esta configuración cósmica que se posa en acuario en el inicio de la casa X “la realización y la vocación” en conjunción con la Luna. El medio cielo es el punto aspiracional de la carta es la concreción del devenir marcado por el ascendente. Esta resolución será el fruto de la tensión producida por Urano y Saturno, el orden y el tiempo.



Lo que se impone

El Gran Trígono impone: orden, belleza, estabilidad y practicidad.
La “Gran Cruz cósmica fija”, es una cruz sacrificial, para la redención. Es una Cruz para el propio crecimiento que si no es compatible con nuestra realidad interior estaremos en riesgo. Y cuáles son esos grandes riesgos: el ego herido, los traumas no resueltos, el capricho y la auto-referencialidad.
La Gran Cruz y el Gran trígono funcionan como una contra “luna roja”, un freno al aceleramiento devorador del umbral energético que ella impone. Son la gran Ancla a la tierra venusina regida desde la segunda casa, la casa de los recursos. Se detiene el pasaje de las vacas gordas a las flacas. Si no se aprovecha este momento puede no volver a darse. Hay que aprovechar esta escasa abundancia.

Como dice la Suma Sacerdotisa del fin del Mundo: “El tren pasa…”

Las relaciones y las conclusiones que se disparan de estas humildes líneas son innumerables. Por ello no pretenderé ser más explícito de lo que soy.

Pronto, muy pronto, los Cielos y la Tierra festejarán…


 A Ella, “La Todo”



Gabo Abad. Astrólogo y Futurista