2019
El año por venir


“Es hora de volver a mirar al Cielo”
+ MEM om 29-12-2017


Un nuevo comienzo

Mis queridos lectores he de confesarles que he tenido una hermosa vida sin demasiados sobresaltos, feliz en mi ancianidad luego de haber vivido una vida plena. Todo sería perfecto si no fuera por esa presencia que inquieta mis días finales. Sí, él, mi asistente, que para incentivar mí trabajo suele acercarme artículos de algunos colegas. Yo creo que no me tiene en alta estima pero al parecer, y muy lamentablemente, me conoce bastante bien.
Por ello me he dedicado a escribir estas líneas para perfilar el año por venir.


Los caldeos y la serie planetaria

Sé que a esta altura del partido todos saben lo que es la serie planetaria de los Caldeos, pero no puedo dejar de contar algo de esta maravilla. La tendencia a repetir lo dicho se le suele perdonar a un anciano.

El Gran Espíritu instruyó a los Caldeos (grandes cultores de la cosmología) en lo que hoy llamamos la “serie planetaria”, que no es otra cosa que una sucesión de energías planetarias que activa ciertas raíces del Árbol de la vida llamadas “Cadenas helíacas” (ver Anima Mundi del Cristo Total. Ed. Panis Angelorum. Msñ. Claudio  Páleka)

La serie Planetaria, caldea o ptolomeica, no es otra que la concatenación de las 7 fuerzas planetarias primarias, que son las de: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y la Luna.




El 2018 fue gobernado por “Mercurio”, con un ritmo numérico “2” pero en una modalidad de 11, es lo que viene después del reinicio, es el devenir de lo completo. Vivimos una energía cambiante, movilizadora, ecléctica y bastante neurótica. 

¿Y a dónde vamos?

Vamos a un 2019 lunar, la nodriza blanca nos mecerá en un año complejo, psíquicamente lunático pero maternalmente contenedor. Estas serán energías extrañas ya que se conjugan el ritmo del 3 y el 12 del año. Estos números son el resultado de las sumas numerológicas del “2019”.

La luna es el último peldaño de la serie caldea, es un cierre. El 12 es la totalidad de las direcciones y las formas. Y venimos del 32, lo completo.

El 2017 fue un re-inicio, el 2018 fue lo completo y ¿Qué nos queda para el 2019?

El 2019 es un año de consolidación, año en que se asientan las bases para la creación de un hito en la Historia. Un punto de trascendencia. Para la astrología china será el año del chancho con lo cual también es un cierre (último animal del zodíaco chino).



La Luna

La Luna nos otorga una energía más benigna que la de Mercurio, ya que este último es agresivamente polar. Sin embargo la Luna es otra cosa, es polar pero sus dos caras son parte de una misma realidad y tienden a ser una unidad.



Comienzo del año astral

Debemos dejar bien claro que el año astrológico comenzará el 20 de marzo a las 18:59 hs (para Argentina y Uruguay, UTC 21:59 hs) con el equinoccio de otoño para el hemisferio sur y con el de primavera para el hemisferio norte. Este evento cósmico dará nacimiento al primer signo del arco zodiacal: “Aries”, el alfa que se posará en la séptima casa astral, la casa de lo vincular.

Como nos enseña la tradición; las casas astrológicas se unen a los signos según el lugar geográfico en donde se encuentran en el momento en que ocurre el equinoccio. Por lo tanto lo dicho en el párrafo precedente es válido para la Argentina, Uruguay y todos los países con un UTC (tiempo universal coordinado) de -3 hs. Para otras regiones, como por ejemplo España, se encontrará al equinoccio con Aries en la casa V (5).



Júpiter, el sol y la luna

Cuando llega la noche del año viejo, la solaridad se viste de plata y la hermana luna nos recuerda la maternal belleza del creador, siendo el emblema perfecto del año por venir. No sólo refleja la Luz sino que la amplifica y complementa.

¡Lo sé! Parce contradictorio, pero no lo es.

El 2018 nos ha traído un año de locura, aceleramiento y cierto desenfreno. Ha dejado cierta incertidumbre sobre lo que vendrá y un cierto sinsabor sobre lo vivido.

La Madre cósmica cobijará al año por venir, será guía y fuente. Por ello se ha colocado en la casa XII (12), el omega, para contar una historia con un final feliz.
No es menor la conjunción con el ascendente en Libra ya que el destino que nos marca el ascendente se halla iluminado por la plateada luz lunar y una cierta búsqueda de equilibrio.

Pero la luna negra, la mala madre, intentará influir en esta aspectación como lo ha hecho en otros años. Recuerden que ella odia a la progenie de Eva y buscará hacer lo necesario para pervertirla. Intentará influir a los débiles de espíritu y a los inconstantes para cumplir sus oscuras metas.

El arcano Saturno complicará la relación con las autoridades. Desde Capricornio marcará tiempos donde las autoridades serán cuestionadas y puestas bajo la lupa, en particular las que son de carácter público o de masas.

Uno de los errores más comunes de los astrólogos actuales es creer que un evento fuerte genera un centro polarizador en un signo en particular. Este es el caso de Júpiter ingresando en las tierras de su protegido Sagitario, trayendo un año muy bueno para los vapuleados centauros. Eso no hace que sea “el año de Sagitario” sino un año teñido de esa energía jupiteriana.

Hace unos días el Rabí del fin del mundo decía: “Mis queridos sagitarianos, gente linda que cuando ama lo hace intensamente y cuando sufre también lo hace intensamente”
Esto sí ocurrirá, será un año intenso, expansivo, de muchos sueños, de recuerdos recuperados, de deseos, de hijos, padres y madres. Es un año donde lo vincular tendrá mucha relevancia ya que estaremos en una casa VII donde Júpiter regente de lo familiar y la maternal luna pondrán en relevancia esta particularidad. 
Podemos hablar de una regencia primaria de la Luna y también podemos hablar de esa energía que matiza, en este año será la de Júpiter.
Júpiter centro de su propio sistema solar, amante de varias lunas, se verá transformado en luna de “La Luna”, donde la sabiduría del antiguo dios griego se pondrá a los pies de La Todo.

Año de materna protección pero en el cual deberemos tener especial cuidado, estar expectantes y siempre alertas ya que será un año adolescente, juvenil y expansivo. No será un año de primeros pasos, pero será un año de autoafirmación, individuación y de cierta teogénesis. Siempre persistentes, constantes y bien dispuestos tendremos que seguir de pie en este año donde la gula y la lujuria nos intentarán devorar.

Año en que la “Arquitectura Sagrada”, revelada por “El Alquimista” nos invita a proteger y potenciar la zona de “Hijos y creatividad” plenamente lunar y “Salud y Familia” plenamente jupiteriana.

Pronto les estaré contando lo que a cada signo le trae este ciclo por venir.

¡Feliz año de la plateada maternalidad!


Gabo Abad. Astrólogo y Futurista