8 de julio de 2015
Aproximación a los círculos celestes 
Las ruedas Astrales




La astrología antigua o tradicional ha coronado a varios grandes maestros en el complejo arte de la interpretación cósmica, hoy no nos centraremos en ellos pero sí en sus coincidencias en cuanto a lo que silencia, o ha olvidado, la astrología exotérica actual.
Esa astrología sólo se nutre de la ciencia moderna llamada  astronomía, que nos maravilla con su despliegue escénico y que, por pobre que sea, no deja de mostrar la belleza del creador a través de lo creado. 
La física astronómica puede explicar o teorizar sobre lo que percibe, pero no puede aproximarse a lo que lo sustenta, ahí la Ciencia Divina o Sagrada abre los caminos de ese Dios que deja atrás toda falsa ilusión.
Por ejemplo: El Gran Rabí del Sur del Mundo revela en su cátedra, sobre el sustento de la más antigua cosmología, a las “cadenas Helíacas”. (Ver Anima Mundi del Cristo Total de Msñ. Claudio Páleka-editorial Panis Angelorum). Sin embargo esta realidad es negada por la astronomía racional y ridiculizada en los micro-mundos endógenos de la ciencia física. Si bien no es mi intención entrar en este tema, sí debo ejemplificar lo que el mundo de la astrología actual calla y el Espíritu grita.
Cuando se realiza una carta astral, en el mejor de los casos y con un profesional real, se puede observar en ella inclinaciones e influencias cósmicas, cálculos e interpretaciones de aspectos y formas. Esta carta refleja lo que la tradición llama la rueda astral o círculo astral, que representa el cielo (desde el punto de vista astronómico) en un tiempo cronológico determinado, es una instantánea para un momento dado.
Esta sería la primera rueda celeste que conforma la esfera cósmica junto con sus hermanas: la rueda cabalística y la rueda mística.
En general los astrólogos modernos, servilmente inclinados a la ciencia racional, tienden a reconocer sólo a la rueda astronómica. Hay razones para que ese menosprecio se manifieste en la actualidad, pero éstas, son más propias de la ciencia escatológica (del fin de los tiempos) que de un artículo astrológico.



Estas tres ruedas giran para conformar la esfera celeste, generando una representación del microcosmos de cada ser creado, que no es otra que el reflejo del macrocosmos que los sustenta.
Cómo giran y cómo se interrelacionan, es parte de un estudio que no podemos realizar en estas breves líneas y que nos adentraría en el universo de la revelación de otra ciencia sagrada, “la magia”.
Debe entenderse a estas alturas que, la plenitud predictiva sólo puede lograrse con un análisis de los tres círculos celestes.
Citando al Sepher Ietzirá (en Hebreo “Libro de la Formación” o “Libro de la creación”): “(Él) Tomó tres letras… tres madres: Aleph א, Mem מ y Schin ש y las colocó en Su Gran Nombre y definió mediante ellas seis direcciones del espacio”. Estas tres Madres cósmicas tejen lo creado y mediante la esfera celeste (los tres círculos astrales) se revelan en el horóscopo astral para quien las sabe descifrar.
La primera nos muestra las influencias de los espíritus cósmicos, la segunda los explica y sustenta, y la tercera los libera y equilibra.
No podemos explayarnos en el mecanismo que sostiene a esta acción pero los resultados son infalibles cuando el procedimiento lo es.
Me pregunto: ¿Qué sentido tiene el saber lo que los astros nos deparan? ¿Cuál es el sentido trágico de tal oráculo si no hay forma de cambiarlo?
La respuesta, posiblemente, esté en estas dos ruedas que son negadas (la cabalística y la mística), negación sustentada en el accionar de la inquisición racional imperante.
Con estas brevísimas notas inauguramos una serie de artículos referentes a la divulgación de la astrología tradicional, aquella que se pierde en el inicio de los tiempos.


GABO ABAD - Astrólogo y Futurista