21 de junio
El solsticio interior

 



“Dónde arden lámparas hay manchas de aceite; donde arden velas, gotas de cera; únicamente la luz del sol ilumina pura y sin mancha.”

GOETHE



El Umbral

Este instante astral donde el cosmos define el devenir del próximo trimestre, es al que llamamos Solsticio y los iniciados llaman Témpora. Estos momentos operan como bisagras entre las realidades formándose verdaderos “umbrales”. 


Los tiempos y la esfera celeste

El solsticio se dará a las 3:32 hs UT (o sea 00:32 hs de la Argentina) el día 21 de Junio. La noche más larga, la mayor oscuridad a la espera del nuevo Sol que crecerá desde Cáncer hasta plenificarse con un ascendente en Piscis.

En este momento el Sol se detiene para renacer con un nuevo fuego, una nueva luz, un nuevo sentido. Los pueblos antiguos lo celebraron en festividades tales como: Inti Raymi (del pueblo Inca), el We Tripantu (del pueblo Mapuche), el Willkakuti (el año nuevo amazónico-andino, Aymara), entre otros.


El tejido cósmico

El solsticio de invierno en el hemisferio sur y el de verano en el norte siempre comienzan con el signo de Cáncer.

Esta energía siempre tiñe a la témpora de invierno y estará muy presente hasta que la primavera irrumpa con el reverdecer de las energías primordiales pero eso será un tema  por venir.


La coyuntura cósmica

Año Jupiteriano que pide expansión y sin embargo se halla encorsetado por un mundo pandémico. 

La luz crecerá desde la Casa 4 para iluminar el interior, ese aprendizaje que se oculta en el inconsciente y que la Luna trae a la superficie. Es cierto que es la casa del hogar y de la familia pero lo más importante es que es la casa de la Madre primigenia, la Madre cósmica, la Todo.

La cuarta Casa  representa las relaciones a nivel familiar y nos habla de la infancia, raíces, orígenes y tradiciones familiares, en especial con los padres y madres, ya sean biológicos, afectivos y/o espirituales.

Este solsticio nos traerá un momento-lugar donde nos sentimos "a salvo" y en intimidad, generará un entorno en el que sentiremos pertenencia y con el que nos sentimos vinculados. El Sol y Venus nos traerán la posibilidad de disfrutar de ese lugar y desde ahí desarrollar una nueva empatía por el otro, todo otro. La expresión de lo que se siente fluirá libremente. La conjunción de Ceres y Urano refuerzan lo dicho en este párrafo.

Kirón desde la primera casa traerá cierta capacidad sanadora y alguna vergüenza olvidada. Un gran trígono entre Venus, Neptuno y la dupla Fortuna-Luna generan la necesidad de dar a conocer amorosamente las profundas aguas interiores.


Conclusión

Gran expansión interna, con cuidados muy particulares para cada signo. No se puede cosechar lo que no se ha cultivado. Ver en perspectiva y hacer en frío. No nos precipitemos.

Sigamos nuestro camino sin distracción, ya que la promesa nos guía, pero no olvidemos las señales de peligro que los astros nos revelan, para así poder sobrevivir a la travesía por venir.



Gabo Abad. Astrólogo y Futurista.