Conjunciones y estrellas fijas
                         “y hemos cruzado el umbral”



Desde el día nueve de octubre a las 05:20 hs para el Sur del mundo y a las 10:20 hora de Madrid del 10 de octubre se alinearán en conjunción: la luna, Venus, Marte y Júpiter. Esta magnífica conjunción tendrá a la tierra en un extremo y en el otro a “Regulus” estrella alfa de Leo.




Regulus
En el corazón del león mora Regulus, la estrella alfa de la constelación de Leo, conocida como: “el pequeño rey” o más literalmente expresado: “El que reina con el poder divino en la tierra”. Es la estrella Real (en cuanto a la realeza o la nobleza)
La energía que proviene de Regulus es mayormente jupiteriana pero matizada con algo de Marte. Es el poder del que reina con fuerza y potencia pero siempre con justicia, sabiduría y nobleza.
Cuando en la antigüedad nacía un heredero al trono ya sea de un reino, imperio o tribu, se buscaba la posición de esta estrella en la carta y se calculaba la aspectación para así lograr delinear el tipo de reinado o regencia que ejercería al tomar el poder. Para los caldeos una mala aspectación de Regulus era suficiente para que el rey favoreciera a otro heredero que poseyera una mejor aspectación.

Conjunciones o “stellium” 
Se habla de “mega conjunción” o conjunción múltiple. El nombre real de este fenómeno es el de “Stellium”, del cual ya hemos hablado en otras columnas.
Los planetas intervinientes son: Venus, Marte, Luna y Júpiter, que se alinean con Regulus apuntando su energía a la casa XII (para Buenos Aires y Montevideo) en Virgo. Un Stellium de este tipo es arrasador para bien y para mal.
Esta situación ya se ha registrado otra vez en la historia.


Un otro momento
Hace unos años un grupo de astrónomos de la NASA calcularon, según su buen entender y saber, la posición de los astros en el momento del nacimiento de Jesús de Nazareth.
Una de las descripciones de la época dice que 4 planetas se habían alineado señalando el lugar de nacimiento de un nuevo profeta, los asirios decían que esa conjunción no era habitual y en sí misma no podía leerse por sus propias influencias sino por su acción amplificadora de una otra energía, en nuestro caso “Regulus”.
Los magos caldeos, en particular los Acadios (emparentados con el pueblo arameo) fueron quienes revelaron las potencias ocultas de la estrella Regulus. De este grupo de sabios salieron al encuentro del Mesías los “Magushu” o Magos Santos, guiados por la aspectación de Régulus (Mateo II versículo 2 “… vimos su estrella en oriente y hemos venido a adorarlo”).
Una vez en camino, la llamada “estrella  de Belén”, cuya identidad no podemos revelar, marcaría el camino en su tramo final.

La fenomenología que se nos impone
Regulus se suma al Stellium en Virgo y el que está al servicio del Supremo, ese que rige y conduce, verá  que su destino se ilumina.
El Stellium afectará en cada punto del planeta a una casa astral distinta y siempre de una manera particular y contingente.
En la Casa XII afectará a los dirigentes sinceros, bondadosos y misericordiosos. Es las casa del omega, del cierre de ciclo, de la intuición y del “inconsciente colectivo”. Es la casa de la comunidad entendida como común-unión de pares.
La casa XII nos otorga, en conjunción con este Stellium, a un regente que se ve ennoblecido, fortalecido y deseado por su pueblo, sus dotes personales resaltan en la inmundicia del mundillo que lo rodea. Será perseguido pero saldrá ileso si se mantiene a distancia del deseo popular.
Nuestro interior no será ajeno a la conmoción cósmica, nuestro regente se manifestará, la entraña misma de nuestra esencia se verá en medio de un torbellino psíquico que manifestará de manera brutal nuestra nobleza o nuestra locura. No es una locura ajena a nuestro lado más oscuro sino más bien una manifestación de él.
La aparición del faro profético del devenir universal traerá aparejados turbulencias y males que lo intentarán frenar al igual que ocurrió hace 2000 años, pero ocurrirá a un nivel distinto, íntimo, personal.
A mayor responsabilidad, mayor impacto.
¿Quién se atrevería, siquiera a suponer, que frente a tan extraordinaria configuración de los Cielos no se vería alterado en su fibra más íntima?

Gabo Abad . Astrólogo y Futurista.