El Arco Zodiacal y el treceavo signo


Hace unos días leo un encendido artículo acerca de la fecha de cumpleaños de una personalidad pública y de su signo real. En dicho artículo se mezclaban tanto: conceptos erróneos como la también errónea interpretación astrológica de los mismos, llegando  a  conclusiones bastante disparatadas. El astrólogo, responsable del artículo, milita aparentemente en lo que suelo llamar: “astrología cientificista”, movimiento bastante difundido y dominante en este caótico siglo XXI que nos toca transitar. Por ello quisiera desmenuzar un poco el tema del arco zodiacal y cómo se establece su estructura.


Año solar o año tropical

Para los iniciados en las antiguas ciencias cosmo-astrológicas existe sólo una manera de medir el año. Se define como año solar al tiempo transcurrido entre dos equinoccios en un mismo hemisferio (Primavera-Primavera para el hemisferio norte y Otoño-Otoño para el sur). Este rango de tiempo sería de aproximadamente de 365 días 5 horas y 48 minutos.

Existen otras formas de medición del año que arrojan distintos valores en cuanto a su duración: el año sideral y el calendario (este último es una convención social a efectos puramente civiles)

Según este criterio del año tropical o solar, el 2016  será un año astrológico que comenzará el 20 de marzo a las 01:30 hs (para Argentina y Uruguay, UTC 4:30 hs) con el equinoccio de otoño para el hemisferio sur (primavera para el hemisferio norte), y concluirá el 20 de marzo del año 2017 a las 7:28 hs (UTC 10:30 hs)


El arco zodiacal

La astrología clásica reconoce 7 Planetas aunque hay más en el sistema solar, 12 signos aunque hay un treceavo (que no es ofiuco, intentemos no adelantarnos ni conjeturar). 

Doce son las energías que complementan la gama de todo los creado, por eso 12 son las manifestaciones astrales de esas energías, lo cual se observa en todos los sistemas astrológicos tradicionales, entre ellos destaca el chino.
Estas 12 energías están habitadas y espejadas en los doce signos astrales que todos conocemos y en sus respectivas constelaciones. 


¿Cómo sabemos cuándo empieza una energía y cuando termina? 

Muy simple, dividiendo exactamente el año Tropical en 12 partes. Cada parte constará de 30 días 10 horas y 29 minutos. Para asimilarlo a nuestro calendario mantenemos esa división en el año en curso desde ese punto y que ajustado al calendario da 30 días y 10 horas

Por ello:
Aries comienza el 20 de marzo de 2016 a las 01:30 hs y concluye el 19 de abril a las 11:30 hs
Tauro comienza el 19 de abril a las 11:30 hs y termina el 19 de mayo a las 21:30 hs
Géminis comienza el 19 de mayo a las 21:30 y termina el 19 de junio a las 07:30 hs

… y así con cada signo hasta llegar a:
Piscis que comienza a las 21:30 hs del 17 de febrero y concluye el 20 de marzo a las 7:28 hs

Este ejemplo es para el ciclo 2016-2017 y varía año a año. Los tabloides y divulgadores simplifican este hecho diciendo que tal signo va del 21 al 20 del mes siguiente.

Cada año posee un armado similar basándose en esta división entre equinoccios de otoño para el hemisferio sur o primavera para el del norte. Dicho esto debo aclarar que las energías no terminan ni empiezan un día determinado, en un instante preciso,  sino que se van mezclando cuando se acercan a la siguiente. 

Llegado este punto podemos explicar “el por qué“ de los decanatos, que es la división en tercios de cada signo. Las diferencias entre decanatos nacen de esta gradualidad del pasaje o viraje de una energía a otra. Por ejemplo: el tercer decanato de aries tiene bastante de tauro, como el primero de tauro tiene algo de aries. Pero el segundo de tauro es el más taurino de los decanatos del toro por ser el decanato central.

Aun así no puede dejarse de lado al gran Maestro de los Astros, Manillus, que nos revela que las personas o criaturas que nazcan durante las últimas 36 horas de un determinado signo y las 36 siguientes deben entenderse como poseedores de signos dobles. Por ejemplo las últimas 36 horas de escorpio y las primeras 36 horas de sagitario nos darían a una persona de signo doble, dicho enrolamiento deberá sopesar al resto de las aspectaciones, en particular la lunar, para poder realizar una correcta interpretación del signo de base y de la carta asociada.


Nuevas teorías cientificistas

Jamás me cansaré de denunciar las actitudes complacientes de las actuales corrientes astrológicas que, para ser aceptadas por la ciencia moderna del hombre, renuncian a su fuente, las Ciencias Sagradas del Principio Unigénito del Cosmos.

Entre estas teorías hay una que adolece de una bestial atrocidad y es la que incorpora a ese llamado signo Ofiuco. Grave error de nuestros días el pensar que la Verdad debe ser revisada y actualizada. 

Esta teoría dice que debido al devenir histórico de la elíptica de la tierra, esta última pasa por 13 constelaciones y no por 12. Desarrollándose una teoría bastante prolija pero asentada sobre premisas falsas. Este revisionismo no permite abrevar en la fuente original del saber antiguo sino que vulgariza y amputa a la Verdad de fundamento.

A riesgo de ser injusto con dicho saber primigenio debo aclarar que existen dos tipos de energías generadoras de signos: las concretas (que refieren a lo que hemos desarrollado hasta ahora) y las difusas o supra-cósmicas que no son otras que las responsables del llamado treceavo signo. Debo insistir que las energías concretas sólo pueden originar 12 signos ya que hay 12 energías de fundamento, ni 11, ni 13.



Las Energías Supra-cósmicas y el treceavo signo

Los antiguos maestros sabían que existían dos vías de manifestación de estas energías y guardaron este conocimiento sólo para los iniciados de mayor grado. Los babilonios se especializaron en el estudio de estas energías y del treceavo signo, pero al llegar al tiempo de la Roma imperial unos 400 años A.C. fue prohibido dicho saber por considerarlo peligroso. Luego, con la llegada de Nerón al poder, y ya contando con varios años en la clandestinidad (del conocimiento del treceavo signo), el nuevo emperador organiza de manera metódica la eliminación de todo rastro de este signo durante la consabida quema de Roma. 
Los historiadores aseguran que las acciones de Nerón fueron propiciadas por celos al no pertenecer a ese signo. De manera que luego de eliminados los registros de este, comenzó la cacería de aquellos que lo poseían como regente astral, desarrollándose una masacre más dentro de su ya sangriento mandato.

La astrología actual no lo valora en sus cartas pero la contundencia de su existencia se manifiesta a gritos en los trazos del astrólogo iniciado. 

Este signo es el signo de la Araña o “Arácnido”


La Araña

Este signo, el cual nace de las energías supra-cósmicas, no posee un lugar fijo en el arco astral sino que es un signo flotante, de ahí nace el conflicto al momento de  descubrir a los integrantes de esta particular familia.

Para estar comprendido en este signo deben darse alguna o varias de las siguientes condiciones:

- Poseer un ascendente situado entre los últimos grados de tauro y los primeros de géminis
- Poseer un estelium en el mismo lugar o en su opuesto (últimos grados de escorpio)
- Que la figura “Dedo de Dios” apunte a este lugar (para saber más de esta figura ver nuestro artículo del día 19-06-2015)

En tren de ser precisos, quien posea alguna o varias de estas condiciones pertenece al signo Arácnido pero mantiene el signo concreto (Aries, tauro, etc).


Cualidades del Arácnido.

Suelen ser personas muy perceptivas e intuitivas, es lo que hoy llamarían un psíquico.
Poseen el don de la visión espiritual y extra temporal, algunos antiguos decían que eran magos o hechiceros natos, que naturalmente conocían los ritmos de los creado y sus filiaciones. 
Son personas o criaturas de gran poder y que no necesariamente se sienten inclinados al bien supremo o al bien común, pero los pocos que si se han mantenido al camino de la Luz como su senda vital, han sido grandes benefactores de la creación. Si su inclinación al bien florecía, vivificaba todo su alrededor y si por el contrario se inclinaba al mal, todo era muerte y desolación

Hay muchos mitos sobre quienes han pertenecido a este signo y poca información real sobre ellos. Se conoce que los emperadores romanos fueron en su mayoría de este signo y que los sumos sacerdotes babilónicos, Cretences y Caldeos eran miembros de este selecto grupo. Varios escritores contemporáneos sitúan a varios papas dentro de esta estirpe, entre ellos a Juan Pablo II.


Síntesis

Mucho hay bajo el sol, cerca de las estrellas y lejos de ellas pero sólo hay una Verdad trascendente que a todo lo nutre, negarla es negar al principio mismo de la vida y como fue organizada por el mismísimo Creador. Conocer sus caminos nos habla de El Camino pero eso es algo que me supera y es competencia de los Maestros de los últimos días. 

Gabo Abad - Astrólogo y Futurista