20 de junio de 2017
La Témpora y el solsticio


Queridos lectores, hoy quería escribir sobre este instante astral donde el cosmos define el devenir del próximo semestre, ese al que llamamos Solsticio y los iniciados llaman Témpora. Estos momentos operan como bisagras entre las realidades formándose verdaderos “umbrales”. 
Un umbral es un punto de inflexión, un instante donde no es la realidad de la que se parte, ni la realidad que se manifiesta, es un punto de anulación y de potenciación al mismo tiempo. De hecho Solsticio significa literalmente “Sol quieto” del latín “Solstitium” (Sol sistere), esta quietud, que la Ciencia inquisitoria llama “aparente”, es una detención espacio-temporal en que el astro Sol detiene su andar para situarse fuera del plano físico y anclarse entre realidades.
Los antiguos fenicios fueron los primeros en escribir y detallar este fenómeno, mas no fueron los primeros en conocerlo ya que se sabía desde antiguo por revelación dentro de la tradición oral. Este fenómeno mistérico y profundamente esotérico llega a nosotros como vago recuerdo de una verdad plena y grandiosa. Hoy en día sólo los iniciados pueden darle operatividad a este saber milenario. En la Argentina, me he enterado recientemente, que la Escuela Mística-Astrológica del Padre de los Cielos desarrolla estas cuestiones con sus discípulos.
El año pasado tratamos el tema de  “La gran cruz cósmica”, y decíamos sobre ella lo siguiente: “criatura extraña y atípica que se manifiesta en los Cielos cuando se da una doble oposición de planetas que forman entre cada uno de ellos cuadraturas (cuadraturas encadenadas) generando así, una doble oposición cruzada”. Por ello los invito a leer nuestro artículo completo del año 2016.





Cruz cósmica

Este año se darán cruces cósmicas, triángulos astrales, hemi-cruces, sellos y demás figuras cósmicas. Todo revuelto y al mismo tiempo.





No voy a entrar en la interpretación y explicación de los armónicos que generan las superposiciones de estas figuras ni de las cualidades que le otorgan los planetas que las componen, pero sí detallaremos la acción e influencias conjuntas.
La cruz cósmica posee la cualidad de anclar en signos que poseen un misma naturaleza o modalidad (fijos, cardinales o mutables), en este caso anida en los cardinales. 
Los signos cardinales poseen dos cualidades que los definen: iniciativa y acción. La puerta que abren estos signos es: movilizante, redireccionante, orientativa, e iniciática, es una puerta-umbral que no admite el mirar hacia atrás, es el re-inicio. Lo cual se ve apoyado por el ascendente en Aries, el signo del alfa, el del inicio.
Es la puerta del comienzo de los tiempos, de lo nuevo, del devenir, del cambio. Es una puerta adrenalínica, que da fuerzas para emprender lo nuevo. 
Me resisto a ser auto-referencial pero esto apoya lo escrito para el inicio del año astral, ¿Recuerdan? Los invito a ver nuestro artículo del equinoccio de otoño para mayor ilustración.
No puedo más que entregarme al entramado cósmico del tejido celeste que insiste e impone el camino a seguir.


Los tiempos y la esfera celeste

El solsticio se dará a las 4:25 hs GMT (o sea 1:25 hs de la Argentina) el día 21 de Junio. La noche más larga, la mayor oscuridad a la espera del nuevo Sol que crecerá desde Cáncer hasta plenificarse en Capricornio.
En este momento el Sol se detiene para renacer con un nuevo fuego, una nueva luz, un nuevo sentido. Los pueblos antiguos lo celebraron en las festividades de: Inti Raymi (del pueblo Inca), el We Tripantu (del pueblo Mapuche), el Willkakuti (el año nuevo amazónico-andino, Aymara), entre otros.
Este año, en especial, tendrá mayor fuerza que nunca el sentido esotérico de estas fiestas debido a la aspectación que la rueda celeste otorga.

El Umbral 

El umbral es una criatura, real, concreta y potente.
Es un portal entre realidades, tal como enseña El Gran Rabí del Sur del mundo.
Al cruzar este umbral sentiremos: fuerza, potencia, ganas de hacer y una gran energía mental. Todo será dinámico.
El peligro de esta época es el la multiplicidad, no cómo la vivida el año pasado (atados a lo sensorial), sino más bien en cuanto a la idea del hacer. Debemos entregarnos a aquello que es de un orden superior, eso que es bien común y resistirnos a la miserable conmiseración del ego. Un camino, una vida, un sentido.
Todo lo nuevo está por nacer de las manos de la Madre primigenia que mora en el signo de Cáncer, la buena Luna, la luz plateada del amparo divino. Este amparo que se gesta bajo el sol en conjunción con mercurio dinamiza aún más el portal de lo nuevo, permite ser explicado y verbalizado.
Las energías femeninas de la creación (Ying cósmico) están gestando lo nuevo, aún en el plano mental, aún en los sueños. No precisamente en la pasividad sino más bien, en una plena actividad, como veremos más adelante.
Pronto, con la luna nueva en Cáncer este portal se verá potenciado, (hacia el 24 de junio) y con un Neptuno (siempre acuoso) trayendo a las emociones a flor de piel.
Luna, Venus y el Punto de Fortuna en conjunción. Hacen nupcias lo femenino del plano astral en la viril casa número 2 de Tauro, de la cual es regente natural. Lo social, lo aglutinante y el bien común hacen nupcias con la concretante y material segunda casa. Si mis escritos fueran más orientales (del tipo I-Ching) diría que “Con lo poco se realiza el todo”, eso sintetiza este trío femenino en Tauro.
La sombra de la luna negra se asoma desde las tierras de Sagitario asechando para generar y engrandecer el miedo visceral a la intrascendencia, al olvido y a la negación. No puedo ahondar en la acción de esta criatura estelar ya que estas humildes líneas no son un tratado de demonología, ni pretende serlo. 

Conclusión

Es un tiempo para volver a empezar y para emprender lo nuevo que otorgará el goce de lo eterno en aquello que es trascendente.
Estaremos tentados a explorar los mundos del ego para hacer frente a la sombra del olvido pero el alma clamará, en sintonía con el Cosmos, ser parte de ese “eterno” que se vislumbra en el horizonte del verdadero ser. 
Aquí nuestro gran aliado y verdugo será el padre tiempo, el mismísimo Cronos (Saturno), que nos enseña desde el sabio Sagitario a mantenernos firmes en el camino a pesar del trabajo y el empeño que requiera el camino que seguimos.


Sigamos nuestro camino sin distracción, ya que las luces del cosmos guían, pero no olvidemos las señales de peligro que los astros nos revelan, para así poder sobrevivir a la travesía por venir.

Gabo Abad. Astrólogo y Futurista.