20 y 21 de junio
La Témpora, el solsticio y la promesa

La luna se casó con el sol
y dio a luz un niño que el cielo llevó …”
Fragmento de Unidad” – +MEM om – Cancionero Mariavita



“Eclipsados ante la alianza cósmica del Sol y la Luna nos preparamos para el equinoccio por venir” esto lo escribíamos en septiembre del 2016. Hoy este eclipse nos abre la puerta del solsticio de invierno (en el hemisferio sur y de verano en el norte) 

Tanto aislamiento requiere alguna descarga
Al ver que se ha copiado nuestro artículo sobre las lunas de sangre me decidí a decir algunas cosas sobre este fenómeno. Sin citar fuente, con algunos cambios, se ha plagiado y reeditado mi artículo de las lunas de sangre por un émulo de astrólogo que no sabe tramar sobre ideas ajenas, ideas aplicadas al anillo de fuego que ostenta un potencial y una polaridad muy distinta.

Este eclipse establece el principio de un nuevo ciclo, viene a preparar el punto de triunfo de la luz sobre la oscuridad, que se dará en el próximo solsticio a finales de año. Anuncia que la luz no será engullida por la oscuridad, que su dominio no será pleno y  que pronto, volverá triunfante de la gruta en la que, en apariencia, se la ha obligado a aislarse. 


El Umbral
Este instante astral donde el cosmos define el devenir del próximo trimestre, es al que llamamos Solsticio y los iniciados llaman Témpora. Estos momentos operan como bisagras entre las realidades formándose verdaderos “umbrales”. 
Un umbral es un punto de inflexión, un instante donde no es la realidad de la que se parte, ni la realidad que se manifiesta, es un punto de anulación y de potenciación al mismo tiempo, astrológicamente hablando. De hecho Solsticio significa literalmente “Sol quieto” del latín “Solstitium” (Sol sistere). Esta quietud, que la Ciencia inquisitoria llama “aparente”, es una detención espacio-temporal en que el astro Sol detiene su andar para situarse fuera del plano físico y anclarse entre realidades.

Los antiguos fenicios fueron los primeros en escribir y detallar este fenómeno, mas no fueron los primeros en conocerlo ya que se sabía desde antiguo por revelación de la tradición oral. Este fenómeno mistérico y profundamente esotérico llega a nosotros como vago recuerdo de una verdad plena y grandiosa. Hoy en día sólo los iniciados pueden darle operatividad a este saber milenario.
En la Argentina, la Escuela Mística-Astrológica del Padre de los Cielos desarrolla estas cuestiones con sus discípulos.

Debo confesarles que mi resistencia a hablar de la coyuntura es grande pero no  puedo más que entregarme al entramado cósmico del tejido celeste que se impone.

Los tiempos y la esfera celeste
El solsticio se dará a las 21:43 hs GMT (o sea 18:43 hs de la Argentina) el día 20 de Junio. La noche más larga, la mayor oscuridad a la espera del nuevo Sol que crecerá desde Cáncer hasta plenificarse en Capricornio.
En este momento el Sol se detiene para renacer con un nuevo fuego, una nueva luz, un nuevo sentido. Los pueblos antiguos lo celebraron en festividades tales como: Inti Raymi (del pueblo Inca), el We Tripantu (del pueblo Mapuche), el Willkakuti (el año nuevo amazónico-andino, Aymara), entre otros.

El tejido cósmico
El solsticio de invierno en el hemisferio sur y el de verano en el norte siempre comienzan con el signo de Cáncer, la mayor oscuridad solar está íntimamente unida a la lunaridad canceriana.

Las criaturas cancerianas son laterales, polares, dobles se manejan en meridianos y son incapaces por naturaleza de ir de frente o hacia atrás, tal así como nos muestra su criatura totémica “el cangrejo”. Por ello es la criatura del zodíaco a la que más le cuesta los cambios.


Esta energía siempre tiñe a la témpora de invierno y estará muy presente hasta que la primavera irrumpa con el reverdecer de las energías primordiales pero eso será un tema  por venir.

Todos los signos querrán cuidarse, más allá de la realidad que los aqueje. La salud y el bienestar serán prioritarios a tal punto de lindar lo patológico. Más allá de esto, la sexta casa sobre la que comienza esta época nos llevará al servicio y a la búsqueda del bien común.

Debemos marcar que varios habitantes del cosmos están en retirada o retrogradando: Saturno, Júpiter, Plutón, Venus y Mercurio.
Se ha levantado un poco, y sólo un poco, la presión que sufrimos de parte de los gigantes del cielo, en especial de Saturno. Se ha relajado el yugo del señor del tiempo sobre todo en lo referente a la restricción y el orden.
Pero recuerden lo que hemos dicho anteriormente, no se confíen, porque la vuelta del gran regente será implacable y habrá consecuencias para aquello que se ha escapado de la norma  impuesta. 


Una coyuntura compleja
Año Saturnal donde la autoridad está en manos del adversario de la vida. 
La casa del inicio, la primera, se encuentra casi completamente dominada por Capricornio y habitada por tres planetas retrógrados: Júpiter, Saturno y Plutón. No es un buen momento para iniciar nada nuevo, todo lo que se comience bajo esta aspectación será de difícil concreción, salvo que se acompañe de un trabajo espiritual intenso.  Momentos para una profunda reflexión interior. 

Esta pseudo “liberación” es el envión para que Saturno irrumpa plenipotenciario nuevamente. Desde mediados de septiembre a finales de octubre se hará sentir el rigor de su reinado. La tierra temblará, habrá quiebres y sólo su rigidez permanecerá en pie.

El anillo de fuego sella la promesa de la unión del Sol y la Luna, anuncia lo que está por venir. Están comprometidos pero aún no han hecho nupcias.
La luz crecerá desde la Casa 6 para iluminar el vacío que representa el resto del camino por andar (Casas 7 a 12 vacías de influencias directas)

El reparto cósmico
Neptuno, Ceres y Marte en Casa 3 desde Piscis.
El punto de fortuna, Saturno, Plutón y Júpiter en casa 1 desde Capricornio
La luna negra y Quirón desde casa 4 en Aries
Urano en casa 5 desde Tauro
Venus desde casa 5 en Géminis
Nodo Norte en Géminis, Nodo sur en Sagitario

Mucho se puede escribir sobre estas conjunciones pero para no confundir sólo las dejaré planteadas


Conclusión
Aquí nuestro aliado y verdugo será el tiempo, el mismísimo Cronos (Saturno), que nos enseña desde el implacable Capricornio a mantenernos firmes en el camino a pesar del trabajo y el empeño que requiera. Ver en perspectiva y hacer en convicción. Saturno es indulgente con los que planifican y se preparan.


Sigamos nuestro camino sin distracción, ya que la promesa nos guía, pero no olvidemos que las señales de los astros son advertencias para tomar los recaudos necesarios para superar los obstáculos, en lo inmediato.
El hombre de fe, que trabaja espiritualmente, sabe hacer otras lecturas de los signos, pues lo factible siempre será intervenido por lo Divino, en la medida que sepa cómo operar en cada circunstancia para hacer efectivo ese pedido, podrá lograr los objetivos propuestos. 


Gabo Abad. Astrólogo y Futurista