10 de septiembre de 2020
11 pasos
La Luna del desenfreno
Doble luna. 1889. Óleo sobre lienzo. 40,9 x 54,2 cm. Obra de Casimiro Sainz
La introducción
Géminis es un signo de aire, polar, mutable, dialéctico y profundamente mentales. Este signo engendra gente social que desea estar al tanto de todo, gente comunicacional, dual, adaptable y por momentos superficial.
Los Cielos
La Luna menguante en Géminis nos lleva a una época un tanto confusa. Un paso esperable y en correlato perfecto a la Luna ilusoria de la semana anterior.
Mercurio, regente de Géminis, se opone a Kirón en Aries. La luna negra sigue parasitando a Marte. Ambas conjunciones nos llevan a cuidar nuestro aliento y sobre todo a los pulmones.
Ceres se opone al ascendente desde Piscis. La relación con la madre de crianza a veces funcionará como ancla o como lastre impidiendo seguir adelante. Este hecho traerá tres dÃas de un profundo padecimiento que se manifestará como frustración en todos aquellos que aún no hayan resuelto sus cuentas pendientes con lo materno.
Sigue activa la potencia intuitiva de la cual hablábamos en el artÃculo anterior fundamentado en que la Luna está anclada en la décima Casa.
La Luna Geminiana
Es una Luna que necesita explorar la dualidad y asà ser capaz de vivenciar distintas emociones y escenarios. Por otro lado busca conocer, sobre todo lo Ãntimo o privado ajeno.
Es una luna que favorece el correr de los rumores, los dinamiza.
No es una luna sensual pero a fin de explorar nuevas emociones llevará a toda experiencia Ãntima. La sexualización banal del estar y del ser.
La inconstancia de esta luna gemÃnida nos impide centrarnos en una tarea. Es cierto que aún el efecto del espejismo pisciano sigue activo.
Salir a vivir, moverse, saber del otro y exponerse, todo eso junto y a gran velocidad, eso es esta luna.
Conclusión
El mundo actual odia la quietud, la pasividad y la espera. Este odio se verá potenciado por esta luna de la vorágine. No será un movimiento que nos lleve a un trance mÃstico como lo hacen los derviches. Esta acción será más parecida a una convulsión que con cada movimiento genera adrenalina y se retroalimenta.
Este desenfreno generará ansiedad y vacÃo.
No nos confundamos, aún estamos dormidos, el movimiento vertiginoso del sonámbulo nos está arrastrando a parecer despiertos sin estarlo. Poco puedo decir, más que llamar a calmarnos, como dirÃan los jóvenes “bajemos un cambio” y busquemos lo verdadero en este océano de mentiras.
Gabo Abad. Astrólogo y Futurista