19 al 26 de febrero de 2021
32 y 33
Las lunas del cierre



La introducción


Hoy quería escribirles acerca de esta epopeya de las 33 lunas. La número 32 fue en Acuario, con ella se cierra el año Lunar y comienza un nuevo ciclo. La Luna 33, la primera del nuevo año lunar es en Géminis. 


Mis queridos lectores me atormentaba una gran duda ya que una seguidilla de 33 lunas puede ser difícil e inabarcable a tal punto de ponerse tedioso de leer. Siempre en mi auxilio la Rabí del final de los tiempos, gracia inmensa a mi avanzada edad la de contar con su guía. Ella en su sabiduría me dijo: “No sabemos a dónde nos llevarán estas lunas, veamos que nos deparan los Cielos…” y hacia allí fui.


Los Cielos


Todo el sacrificio vivido bajo estas 33 Lunas ha encontrado su punto de máxima expresión bajo la Luna nueva de Acuario, originando así el año nuevo Lunar. La energía que envolverá la plenificación del año jupiteriano sería la de Luna creciente en Géminis.


La Luna 32 en Acuario se generó junto con un stellium en la novena casa a: El Sol, Luna, Venus, Júpiter y Mercurio retrógrado. Para los que nos siguen saben que las últimas Lunas han tenido asociados stelliums que las han potenciado.


Acuario es el signo de la libertad y de la rebeldía que se expresa dentro del cuadro de la norma y la ley. Esa es su naturaleza gracias a su regente Saturno.


El año Lunar se cerró con una gran pérdida de libertad, no sólo física sino mental fruto de nuestras propias acciones. Sin embargo el mundo pide libertad que al encuadrarse en un año jupiterianamente activo genera una efervescencia, una necesidad de accionar sobre lo restrictivo.


Luego viene a cumplimentar esta energía la potencia de la Luna geminiana en conjunto con la energía nodal. Cerca de ella la Luna negra y Marte en casa 11.

El ascendente de la lunación es sobre el mismo Géminis.


La Luna del final


Estas lunas nos dan un indicio de aquello a lo que nos enfrentamos mostrará lo difícil que es comunicarse con Mercurio retrógrado. La niebla del engaño podrá atontar las mentes, ralentizar los espíritus y anular toda fuerza que pugne por el entendimiento.


La coincidencia con el Nodo y el ascendente nos marcan un camino claro y conciso, aún para la neurosis disociativa de Géminis.


El gran aporte de este ciclo de 33 lunas es la toma de conciencia clara y cabal de los que hay que corregir para mantenerse en el buen camino y así poder ver florecer nuestras vidas.


Luego del próximo equinoccio del mes de marzo esa esperanza de florecimiento cuajará en una nueva certeza, que no es otra que la confianza innegable de la posibilidad que esas flores se conviertan en frutos nutritivos y de abundante semillas.


Conclusión

Todo ciclo que termina engendra un nuevo impulso que desata un nuevo devenir. Son lunas que marcan la necesidad de corregir lo que no ha funcionado. No sólo actitudes sino mecanismos, formas y demás variables posibles. Si lo constitutivo no funciona habrá que reformarlo.


Luego veremos la maravilla que nos depara el equinoccio pero recuerden que para florecer y dar frutos abundantes debemos cambiar aquello inconducente, inoperante y que nos anula en nuestras potencias.


Esto se aplica a las instituciones, gobiernos, empresas y agrupaciones sociales. Sin corrección las lunas nos llevarán a un terreno disruptivo y frustrante.


La libertad ante todo, y entre las posibilidades que otorga la hermana libertad se encuentra la de ser la mejor versión posible de uno mismo.


¡Feliz expansionismo jupiteriano!


Gabo Abad. Astrólogo y Futurista.